La extirpación de la vesícula por laparoscopia (Colescistectomía laparoscópica) es un procedimiento que ha sido desarrollado a lo largo del tiempo y ha reemplazado las cirugías abiertas de la vía biliar, debido a que disminuye de una manera considerable el período de hospitalización y recuperación, las posibles complicaciones derivadas de la cirugía, la tasa de mortalidad, y presenta un mejor indicador de resultados.
A largo plazo suele presentar cerca de 0.4% de complicaciones entre las que incluyen nuevos cálculos en la vía biliar (colédoco-litiasis recidivante o residual), intolerancia a algunos alimentos, diarrea por disminución del metabolismo de ácidos grasos, entre otros.
No obstante la gran mayoría de los pacientes, alrededor del 98%, refieren una marcada mejoría de sus síntomas (dolor, coloración amarilla de la piel, vómitos, etc) , sin complicaciones y pudiendo retornar a su actividad diaria cotidiana en aproximadamente 2 semanas.