Pueden existir distintas razones para este malestar. Entre estas puede destacarse: complicaciones de la anestesia (principalmente raquídea), secundario a las pérdidas de sangre (la histerectomía se acompaña de un sangrado en ocasiones considerable),o debido al estrés propio del proceso quirúrgico, la postura prolongada en la mesa de operaciones, entre otros.
Puede realizar manejo inicial con analgesia y reposo. No olvide la asistencia a controles postoperatorios.
Es importante que tenga en cuenta signos de alarma para consultar por urgencias como: dolor de cabeza intenso o persistente, mareos, vómitos, fiebre, alteraciones del movimiento, sangrado abundante o fétido por la vagina.