No, el corazón de atleta o la hipertrofia cardíaca por el ejercicio, no es una condición común a todas las personas que realizan actividad física intensa, siendo usualmente alrededor del 3% de los deportistas los que presentan crecimientos de 12mm o más.
Los valores usuales del grosor ventricular pueden variar por cada población, sin embargo, suelen encontrarse menor de 11mm.
Si ya se han realizado los respectivos estudios y se ha clasificado como cambios secundarios a la actividad física, no son necesarias medidas específicas, salvo los controles médicos periódicos. Estos cambios morfológicos son reversibles al suspender la actividad física y hasta el momento no se han relacionado con efectos adversos o peligro a largo plazo.