Normalmente los cambios de sonda son programados por parte de su médico tratante ya que es un procedimiento que la mayoría de veces debe ser practicado por personal de salud, se suele dejar por periodos de tiempo menores a 20 días para evitar infecciones urinarias, y en ocasiones se debe cambiar antes en caso de que se presente obstrucción, sedimento o infección urinaria. En caso de que sienta molestias, fiebre, sangrado, orina muy oscura o turbia acuda a una valoración médica presencial allí el médico determinará si necesita cambiar su sonda.