Las siglas FSH y LH hacen referencia a las hormonas Foliculoestimulante y Luteinizante, respectivamente.
La hormona foliculoestimulante es una hormona gonadotropina (hormona implicada en la reproducción) que regula la maduración de los ovocitos para que se vuelvan óvulos y estos puedan posteriormente ser fecundados. La FSH también interviene en los procesos de maduración puberal del cuerpo.
La hormona luteinizante se encarga de la maduración de los folículos ováricos, la ovulación, el cuerpo lúteo y la producción de progesterona. Normalmente los efectos de la FSH y la LH se suman en el proceso reproductivo.
El estradiol es también una hormona sexual femenina, es un estrógeno, cuya función principal es atravesar las membranas de las células para llegar al núcleo y favorecer la activación de ciertos genes para producir proteínas.
La hormona FSH estimula la producción de estradiol durante la primera mitad del ciclo menstrual. Durante los días fértiles de la mujer, estas 3 hormonas se encuentran en sus máximos niveles.
En conclusión, estas hormonas actúan de manera que hacen que sea posible el proceso de maduración de los óvulos, para que estén listos para el espermatozoide para que se pueda producir un embarazo. Cualquier alteración en alguna de estas hormonas podría generar dificultad para concebir.