No necesariamente. Puede corresponder a una respuesta normal del cuerpo a la temperatura ambiental.
La cabeza puede estar más expuesta al sol y percibirse más caliente. Del mismo modo es una estructura con mayor cantidad de vasos sanguíneos que facilitan que se mantenga más caliente que otras zonas del cuerpo como las manos.
En ausencia de otros síntomas no sugiere cambios anormales en la tensión o presión arterial.