En términos generales una neumonía, mediante los cuidados adecuados, puede durar no más de 14 días en resolverse. Si es producida por una bacteria, virus o por hongos, es totalmente imposible que dure todo este tiempo, dado que una neumonía sin tratamiento puede complicarse, y por lo tanto llevar al paciente a la muerte. Las neumonías crónicas son poco usuales, y depende de su origen y tratamiento respectivo la sobrevida con esta condición.