Si los cambios en la alimentación son súbitos (comía bien y dejó de comer), es posible que estas molestias se asocien a un proceso infeccioso viral. Algunas infecciones en garganta pueden causar irritación, por lo que el niño podrá presentar rechazo a la alimentación.
Es importante que ofrezca continuamente otros alimentos, principalmente aquellos de mayor agrado del niño. Evite ofrecer dulces o bebidas endulzadas antes de la hora de la comida para evitar el rechazo a los alimentos.
Continúe en control médico para evaluar el estado del menor, en caso de no comer absolutamente nada o vomitarlo todo deberá acudir por urgencias.