Esto puede ser secundario a microtraumatismos sucedidos durante la relación sexual debido a inadecuada lubricación o retracción anormal del prepucio pero también puede estar relacionado con el crecimiento de una flora anormal a nivel del pene que puede provenir de la vagina. No es necesario que la mujer tenga una infección vaginal para provocar estos síntomas ya que puede tratarse de una reacción inmune a la flora normal de ella, sin embargo, siempre es necesario descartar esta posibilidad. Cada vez se describen más casos muy sintomáticos y de instauración rápida debidos a infección por estreptococo beta-hemolítico del grupo A (EBHGA -Streptococcus pyogenes-), especialmente si hay afectación cercana al ano o antecedente de infección orofaríngea reciente.
Por lo general, suele bastar con una adecuada higiene y lavado con solución fisiológica o manzanilla amarga por un par de semanas mientras los síntomas pasan pero cuando esto no sucede es necesaria la intervención médica para la indicación de cremas o ungüentos que contengan antibióticos-antimicóticos-esteroides o una terapia farmacológica oral adecuada.