La terapia de ozono no constituye una alternativa de manejo habitual en la terapéutica de la enfermedad de Lyme. Sin embargo, no existe una contraindicación para su uso y dentro de sus posibles efectos benéficos se encuentran: estimulante del sistema inmunológico que actuaría en sinergia con el manejo antibiótico y posiblemente mejorando la calidad de vida durante el período sintomático.
Puede actuar como una terapia complementaria apropiada, pero no constituye un manejo único.