El riesgo de embarazo con el uso correcto de la anticoncepción hormonal es menor del 1%, por lo que un embarazo no aparenta ser la primera posibilidad de sus síntomas.
Tenga en cuenta que ningún método es 100% efectivo, pero con el uso apropiado el riesgo de embarazo es muy bajo. Si existe una sospecha, la mejor forma de descartarlo es mediante la realización de una prueba en sangre desde los 10 días de la relación de riesgo o en orina desde 1 semana de retraso menstrual.
Los cambios en el flujo menstrual, así como las alteraciones en la regularidad de la menstruación pueden ser un efecto secundario del uso del anticonceptivo.
En caso de que el flujo huela feo, genere comezón o irritación; acuda a control médico para descartar un posible proceso infeccioso.
No olvide el uso complementario del condón que previene enfermedades de transmisión sexual.