La enfermedad de Graves es un trastorno de la glándula tiroides, en la que esta glándula aumenta excesivamente su actividad, dando como resultado un estado que se conoce como hipertiroidismo. Se llama enfermedad de Graves debido al médico que la descubrió. La causa más frecuente es la sobreproducción de la hormona tiroidea, que usualmente se desencadena por anticuerpos que estimulan a la glándula a crecer producir el exceso hormonal.
Debido a que las hormonas tiroideas controlan el metabolismo corporal, las personas con hipertiroidismo tienen un metabolismo acelerado. Pueden presentar síntomas como nerviosismo, temblores en manos, ansiedad, insomnio, irritabilidad, sudoración excesiva, palpitaciones, cabello quebradizo, piel delgada y debilidad muscular.
Las personas con enfermedad de Graves cursan con una inflamación de los músculos que rodean el ojo, haciendo que el globo ocular protruya (ojos salidos u ojos saltones).
El tratamiento del paciente con enfermedad de Graves depende de cada caso particular, por lo que no hay un medicamento único que se utilice en todos los casos. El tratamiento debe ser formulado para las necesidades específicas de cada persona y de acuerdo a los hallazgos del médico. Existen drogas antitiroideas como el metimazol que pueden frenar la capacidad de la tiroides de producir hormonas pero sin afectar a largo plazo la actividad de la glándula.