Esos espasmos son también denominados orgasmos, y son producto de el estado máximo de excitación, se producen como respuesta a sustancias que se generan tras la estimulación del clítoris, generalmente, y de otras zonas llamadas el punto G, en algunos casos solamente con estimulación auditiva (por medio de palabras), palpación de zonas erógenas que cambian en todas las personas y son contracciones repetitivas de los músculos del piso pélvico. Son involuntarias porque dado que son mediadas por sustancias químicas, cuando estas llegan a su punto máximo para generar las contracciones, las mantienen hasta que disminuyen por completo en sangre (dichas sustancias). No es nada anormal.