Es necesario una valoración médica presencial para caracterizar la lesión. De esta forma, tu médico tratante podrá ofrecerte un manejo específico. Hay que descartar procesos inflamatorios asociados a infección (tanto de la cavidad oral como de la piel). En ocasiones, resuelven de manera espontánea. Sin embargo, muchas veces se requiere del uso de antibiótico o drenaje de la lesión. También puede tratarse de un lipoma (acumulación de grasa), en cuyo caso, dependiendo del tamaño y la sintomatología, el manejo es la resección quirúrgica.
Ten en cuenta los signos de alarma por los que debes consultar al servicio de urgencias: persistencia o aumento del tamaño de la lesión, fiebre, edema (hinchazón) con calor y rubor (coloración roja) en la zona de la lesión, pérdida de la sensibilidad, dolor intenso, aparición de nuevas lesiones similares.