Si se trata de una congestión nasal es sumamente útil realizar lavado nasal con suero, sin embargo, si a pesar de esto continúa respirando mal o usted lo nota con las siguientes alteraciones es fundamental que asista nuevamente a urgencias para una nueva valoración presencial y orientar un nuevo tratamiento:
-Que el bebé no responda a estímulos como hablarle o moverlo.
-Que pase de irritabilidad a poca actividad.
-Respiraciones más rápidas de lo normal o que se asocien a que la piel del pecho se le pegue a las costillas.
-Tos húmeda con secreciones.
-Ojos hundidos, piel seca, palidez.
Recuerde que los menores deben ser atendidos tempranamente y más tratándose de una enfermedad respiratoria.