La palabra fibromialgia significa dolor en los músculos y en el tejido fibroso (ligamentos y tendones). Se caracteriza por dolor musculoesquelético generalizado y sensación dolorosa a la presión en unos puntos específicos (puntos dolorosos). Este dolor se parece al originado en las articulaciones pero no es una enfermedad articular. No se conoce la causa de esta alteración, pero se piensa que hay muchos factores implicados, se considera que cualquier situación de estrés agudo o crónico, físico o emocional, puede considerarse como un desencadenante. Los síntomas son:
- Dolor.
- Cansancio.
- Trastornos del sueño.
- Ansiedad o depresión.
- Mala tolerancia al esfuerzo.
- Sensación de rigidez (sobre todo al levantarse por las mañanas).
- Sensación de inflamación en manos y pies.
- Hormigueo en manos.
- Dolor de cabeza.
- Sequedad en la boca y los ojos.
Actualmente, no existen pruebas objetivas que ayuden al diagnóstico. Los análisis y las radiografías sirven para descartar otras enfermedades que se puedan asociar a la fibromialgia. No son necesarias otras pruebas de imagen como TC o resonancia magnética para el estudio de la fibromialgia. En el 2010 se propusieron nuevos criterios diagnósticos que se basan exclusivamente en la utilización de la información que aporta el paciente mediante la realización de dos cuestionarios: índice de dolor generalizado (Widespread Pain Index [WPI]) y una Escala de gravedad de síntomas (Symptom Severity Score [SS-Score]).
La fibromialgia no tiene cura, por lo que el objetivo del tratamiento es disminuir el dolor y tratar los síntomas acompañantes, para
mejorar la calidad de vida de estos pacientes.