Como se ha indicado, los síntomas de garganta y pecho no aparentan una relación directa con las molestias en oído y aparentes adenopatías (ganglios), pero podrían asociarse en algunos casos.
Las molestias que refiere sugieren la presencia de un reflujo gastroesofágico que se asocia a un aumento de la acidez del estómago y paso de su contenido al esófago, el hecho de que se exacerbara con el consumo del antibiótico se debe a la irritación gástrica que estos pueden realizar en algunos casos. El consumo de ibuprofeno a largo plazo puede agravar algunos síntomas relacionados con la acidez como la aparición de úlceras gástricas.
Las molestias en el oído requieren de una revisión de estos para descartar lesiones evidentes del canal auditivo o de la membrana timpánica, no obstante el dolor referido a nivel de los oídos también puede ser una manifestación de la enfermedad por reflujo gastroesofágico.
La valoración de los ganglios persistentemente inflamados debe incluir el estudio del tamaño y características de los ganglios, descartar condiciones infecciosas crónicas y posiblemente estudios imagenológicos.
Finalmente, los resultados positivos de tipo IgG para Chlamydia indican la exposición a este germen, que si de no cuenta con un antecedente de diagnóstico o tratamiento para dicha infección es probable que aún estuviera presente requiriendo tratamiento. Si ha recibido tratamiento para Chlamydia, lo ideal es que también lo reciba su pareja sexual.
Acuda a control médico para seguimiento, control y estudios adicionales en caso de ser pertinentes. Por el momento puede emplear antiácidos líquidos de venta libre de forma constante por horario al menos una semana y en caso de dolor en oídos se sugieren analgésicos como el acetaminofén o paracetamol.