Esta es una situación que puede durar desde 2 semanas hasta 2 años siendo muy variable de paciente a paciente. Es necesario que tu médico establezca un esquema adecuado de deprescripción o retirada que permita evitar al máximo esta situación. Por ningún motivo debes abandonar el tratamiento sin previa autorización y especificación médica sobre los porcentajes de dosis a ir reduciendo, ya que puede provocar un estado de hiperexcitabilidad del sistema nervioso con lo que podrían ser graves consecuencias para la salud física y mental.