Las infecciones urinarias no siempre generan cambios en el olor de la orina, cuando lo generan este puede ser un olor fuerte similar al amoniaco; sin embargo este olor no solo se produce en las infecciones, sino también en otras condiciones.
Por este motivo, el olor no es un criterio diagnóstico para las infecciones; el diagnóstico se realiza teniendo en cuenta los síntomas de la persona (dolor, ardor al orinar, urgencia urinaria, etc), junto con el examen de la orina, donde se evidencie la presencia de bacterias.