El efecto de roce mecánico y la colonización bacteriana que esta produce puede dificultar la cicatrización de pequeñas laceraciones del epitelio uretral producidas durante procedimientos e incluso podría irritar la uretra produciendo molestias. Sin embargo, no se considera que estas pequeñas lesiones puedan llevar a mayores complicaciones si se tienen los cuidados adecuados y se hace el cambio de la sonda cada 15-21 días.