Generalmente un ganglio maligno es como lo describe primero: Fijó, duro e indoloro, el tamaño puede variar, este persiste por varias semanas o meses y generalmente se acompañan de otros síntomas como pérdida de peso inexplicable o sudoración nocturna.
Un ganglio móvil es poco probable que sea maligno y el ser doloroso es signo de algún proceso inflamatorio, por ejemplo, acompañado o después de una infección por un virus o bacteria. Aunque hay algunas lesiones malignas donde el ganglio puede ser doloso después de la ingesta de alcohol.
Si presenta un ganglio de las características descritas al inicio, es recomendado que asista a una cita médica para que sea evaluado y estudiado.
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