Si es posible, pero es bastante inusual. Esto pasa porque desde el nacimiento el páncreas no funciona de manera adecuada y va disminuyendo su función de manera progresiva y rápida. Esto hace que la insulina, que es la hormona que entra el azúcar de la sangre para que sea usada como energía, no sea producida. Esto eleva entonces los niveles de azúcar en la sangre. Puede manifestarse en niños con síntomas como mucha sed, mucha hambre, muchas ganas de orinar, adelgazamiento, cansancio y además dolor abdominal o aliento frutal.