Puede ser esperable, dado que posterior a la cirugía va a haber una disminución del movimiento de la extremidad, lo cual hace que el flujo sanguíneo de la extremidad, por ponerlo en estas palabras, se haga más lento. Adicionalmente durante el procedimiento quirúrgico se pueden cortar algunos pequeños nervios que se encuentra en la piel o músculos y que pueden producir posteriormente la sensación de que tiene corrientazos en la pierna o de que la sienta dormida. Esto va a mejorar de manera progresiva posterior a que el proceso de recuperación de la cirugía se encuentre más avanzado, sobretodo cuando pueda mover la extremidad implicada.