El comportamiento que describe, puede indicar que usted tiene una pobre tolerancia a la frustración o a situaciones de estrés y conflicto. Ello no necesariamente implica que usted tenga un trastorno depresivo.
Ese tipo de respuestas (llorar) suelen ser secundarias a las experiencias aprendidas durante la vida, convirtiéndose en mecanismos de defensa para afrontar las situaciones difíciles; siendo algo inadecuado a su edad, pues lo ideal es que usted empieza a afrontar las dificultades con una respuesta más madura.
Si usted percibe que esa respuesta es totalmente inevitable y está afectando su normal desempeño académico, social o laboral entonces es recomendable que asista con el médico, para que la canalice con un psicólogo o psiquiatra, quienes podrán enseñarle mecanismos para empezar a evitar el llanto frecuente y poder afrontar de una forma adecuada las dificultades.