Es normal mantener fantasías sexuales, de hecho, forman parte del desarrollo sexual básico de cada ser humano. Su presencia no debe ser catalogada como obscena o anormal mientras esta no interfiera con las relaciones interpersonales o sociales diarias. Sin embargo, si las fantasías empiezan a convertirse en recuerdos reales o alucinaciones se podría tratar de un trastorno de despersonalizarían que ameritaría la intervención por parte de un especialista en psiquiatría/psicología. Este especialista puede brindar el manejo cognitivo/conductual necesario para corregir dicha situación.