No, no hay ningún problema con comer cosas que desagradan más allá de la posible sensación de nauseas o incomodidad. Lo más indicado sería conocer la razón por las que esa comida nos esta desagradando ya que nuestro cuerpo tiende a rechazar sabores relacionados con elementos tóxicos o en mal estado que sí podrían causar síntomas gastrointestinales o sistémicos.