El mayor riesgo para su hija es el de sangrados internos por traumas mínimos (tropezarse, caerse) y secundario a esto, una anemia severa por el sangrado crónico. Su hija debe iniciar tratamiento para el control de la enfermedad y estar en monitorización periódicamente para verificar los niveles de plaquetas, y si es necesario hacer transfusión. Debe evitar la actividad física o deportes de contacto donde se faciliten golpes o caídas.