Esto no parece corresponder a ningún comportamiento anormal para una niña de su edad. Si bien es una acción repetitiva, no se trata de ningún indicio de problemas en su desarrollo físico o mental, más allá de una preferencia de la infante de hacer dichos movimientos. Mencionelo al pediatra en su próxima cita de control si nota que esta conducta persiste por un período superior a 2 semanas.