El estrés y otras alteraciones del estado de ánimo pueden alterar los ciclos menstruales debido a la liberación de ciertas hormonas y neurotransmisores a través de un proceso complejo (endorfinas y encefalinas inhiben la liberación de LHRH, la prolactina y los glucocorticoides bloquean la sensibilidad de la hipófisis al LHRH y los glucocorticoides afectan a los ovarios), este proceso no es solo dañino a nivel ginecológico sino que tiene consecuencias cardiacas, cerebrales y de la homeóstasis en general. Esto quiere decir que estas situaciones son comunes y lo indicado es siempre mantener la calma y estar al tanto del riesgo que conlleva la relación mantenida así como establecer una planificación adecuada.