Cuando nos enfrentamos a situaciones como estas lo primero que hay que hacer es hablar directamente con el niño, escuchar atentamente todo lo que tenga que decir al respecto con una actitud tranquila, comprensiva, sin regaños. Hay que lograr que el niño sienta la confianza suficiente para contarnos qué es lo que siente exactamente y por qué cree que se comporta así, estableciendo cuándo fue el momento que comenzó todo y si hubo una situación que lo causara. Además es imprescindible que hables con sus profesores para obtener mayor información sobre su comportamiento. El objetivo de todo lo anterior es obtener la mayor cantidad de información posible sobre el comportamiento del niño que nos ayude a orientar para saber qué esta ocurriendo. Es importante también tratar de identificar si hay alguna situación que le este generando eso, es decir, saber si el niño siente tristeza o siente enojo por problemas en su circulo familiar o del colegio o si existe algún suceso estresante para él.
El segundo paso es descartar que exista alguna condición de salud que le impida el adecuado desempeño académico y genere esos síntomas; es necesario saber si su visión es adecuada y su estado general esta bien, para lo cual deberas consultar con tu médico general o pediatra. Una vez realizado esto, te recomiendo que lleves a tu hijo a consulta con psicología o psiquiatría infantil, quienes realizarán un estudio de su comportamiento, usando toda la información que te mencioné al principio y podrán orientarte mejor, ya que muchas veces en los niños ciertos trastornos depresivos, de ansiedad o de hiperactividad pueden manifestarse de esta manera.