La mejor forma de saberlo es con una adecuada valoración médica, sin embargo existen síntomas como por ejemplo la secreción conjuntival, el ardor ocular, la alteración de la visión o el ojo rojo, entre otros, que pueden apoyar el hecho de que exista una infección ocular. Ocasionalmente y dependiendo del tipo de infección, puede existir fiebre. En el caso de los orzuelos, se trata de una lesión localizada con signos de inflamación (dolor, hinchazón, calor) en uno de los párpados (superior o inferior) generalmente hacia su borde. Se debe tener en cuenta que la afectación puede ser en uno o los dos ojos, y para un diagnóstico preciso requieres de una buena valoración médica para iniciar el tratamiento pertinente. Acude inmediatamente a urgencias si la agudeza visual se encuentra comprometida, fiebre persistente o dolor incontrolable. Recuerda no automedicarte.