No. Esta enfermedad puede diagnosticarse de dos maneras. Una por su presentación clínica, es decir la aparición de vesiculas o vejigas dolorosas en la zona genital. La otra manera de diagnosticarlo es mediante la realización de exámenes de sangre que miden la presencia de anticuerpos frente al virus. La ecografía transvaginal permite valorar la anatomía del útero y los ovarios, permitiendo descartar masas o malformaciones de estos.