Cuando un paciente tiene un ataque cerebrovascular, puede ser por hemorragia o por isquemia. Dependiendo de la arteria que se vea comprometida puede haber alteraciones en la irrigación del cerebro y comprometer la funcionalidad de la zona que tuvo el accidente. Lo que quiere decir que la zona de isquemia o falta de irrigación o donde hubo el sangrado masivo fue cerca al territorio de la corteza del cerebro que implica y da las órdenes referente al habla.
En adelante pueden ocurrir varias cosas, que una vez resuelto el episodio vuelva a hablar o que definitivamente no lo haga o consiga recuperar gran parte de esa por medio de terapias físicas y con fonoaudiología. No es posible predecir si las secuelas serán severas o si por el contrario recuperará por siempre las capacidades de la fonación.