En nuestro cuerpo hay zonas de difícil cicatrización o suelen cicatrizar más lento las áreas que están en constante roce, como la planta de los pies, y las que se encuentran constantemente húmedas, como oídos y pliegues. Por eso es aconsejable cubrir la zona con una gasa que absorba la humedad y mantenga la superficie protegida.
El tipo de piel también influye mucho sobretodo por qué no todas las personas son iguales. Hay pacientes con mejor cicatrización que otros.