La frecuencia normal de parpadeo de un individuo puede oscilar entre 20-40 veces por minuto, lo cual tiende a reducirse con el uso de pantallas o dispositivos electrónicos. No es posible determinar exclusivamente por su descripción la presencia de una anomalía visual. Pero si es importante que se realice un tamizaje de alteraciones de la visión ante signos de esfuerzo (pestañear con fuerza o abrir mucho los ojos, acercarse o alejarse para ver algún objeto, dificultad para el reconocimiento o alcance de objetos o limitaciones en la marcha como chocar con frecuencia) esto lo puede realizar mediante evaluación inicial de optometría y seguimiento médico.