La resequedad de la piel se relaciona con déficit en la hidratación y en la lubricación o humectación de las capas externas, esto puede verse afectado por hábitos dietéticos, características personales, uso de medicamentos o productos en piel.
En su caso, es posible que el jabón empleado para el lavado del rostro esté facilitando la resequedad del rostro, puede disminuir la frecuencia de su uso, disminuir el tiempo de exposición o fricción al emplearlo y emplear humectantes faciales para mitigar dichos síntomas.
Si las molestias son marcadas o persisten, acuda a evaluación médica.