Sí, en situaciones en donde una persona se encuentra bajo presión o sometida a estrés se liberan ciertas hormonas, como por ejemplo las llamadas "contrareguladoras". De este grupo hacen parte el glucagón, la adrenalina, la hormona de crecimiento y el cortisol. Una de las funciones más importantes de estas hormonas es liberar los depósitos de glucosa del organismo (en el hígado o el músculo) y liberarlos al torrente sanguíneo, elevando así la glicemia.