Una prueba de embarazo no depende solo del lugar donde se realizó, sino de la prueba que le realicen y el tiempo de retraso que tenga. Se recomienda hacer la prueba en sangre 10 días después de la relación de riesgo y en orina 15 días después. Si cumplió este tiempo y le hicieron una de estas pruebas, especialmente en sangre, va ser confiable el resultado.