Para la persona que tiene gastritis se puede recomendar cualquiera de los dos, ya que, aunque sus mecanismos de acción son diferentes, terminan por producir el mismo efecto de disminuir la producción de ácido por parte de las células parietales del estómago. Se prefiere inicialmente el manejo sólo con Omeprazol por que la Ranitidina tiene un efecto de inhibición adicional en la producción de pepsina, una enzima que es necesaria para degradar las proteínas que consumimos. La primera línea es con Omeprazol y si el paciente presenta efectos adversos o reacciones a éste, se procede a formular sólo Ranitidina.