la prueba por punzón para detectar VIH tienen una efectividad por arriba de 98 por ciento. Las probabilidades de que evidencie resultados positivos es más alta en la población que estuvo expuesta a un riesgo mayor de contraer la enfermedad, como haber tenido relaciones sexuales sin usar condón, o el uso de jeringas usadas para inyectarse drogas o tatuarse, la prueba no es diagnóstica, por lo que siempre hay que corroborar resultados a través de una prueba confirmatoria, sobre todo en aquellos que no recuerdan haber tenido prácticas de riesgo, ya que los pacientes con problemas hepáticos o de autoinmunidad suelen tener resultados positivos que son falsos.