Las causas de la pérdida de deseo son muy variadas. Antes de nada se deben descartar causas orgánicas (debido a alguna enfermedad, ciertos fármacos, alteraciones hormonales), pero no se pueden dejar de lado los factores psicológicos o de otra índole asociados (ansiedad, depresión, estrés, ideas equivocadas sobre la sexualidad, actitudes negativas, rutina y monotonía en las relaciones sexuales, problemas de pareja, falta de comunicación, hijos recientes), ya que generalmente actúan conjuntamente varios factores.
Algunas acciones que pueden hacer es dedicar tiempo a la intimidad y comunicación con la pareja, además de momentos de ocio; saber dar y recibir muestras de cariño y afecto, sin tener que ir más allá; buscar nuevos estímulos en juguetes sexuales, aceites para dar masajes, y todo tipo de elementos que puedan enriquecer la vida sexual de la pareja.