Los calambres tienen múltiples causas, entre las más comunes están los desequilibrios hidroelectrolíticos, cansancio, deshidratación, deficiencias nutricionales, frío, alteraciones en la oxigenación del miembro, entre otros. Lo indicado es que si la situación es persistente se acuda al médico. Al momento de aparición del calambre lo recomendable es dar reposo al músculo con una elongación muy delicada y progresiva del músculo, el calor local puede ayudar a relajarlo y aumentar el flujo sanguíneo.