Aunque no se trata de una situación fácil, se recomienda mantener una actitud activa y positiva ante la enfermedad. Ni el paciente ni el familiar deben enfrentarse al Párkinson sino que deben adaptarse a él.
Se recomienda continuar con las actividades de la vida diaria tanto del paciente como del cuidador. Cuando los síntomas estén controlados aprovechen para movilizarse, realizar actividades físicas y cuando los síntomas sean muy notorios lo mejor es descansar y no estresarse para evitar que empeoren.
Siempre usen los medicamentos aunque el paciente se sienta bien, ya que ese bienestar es precisamente por el medicamento. Recuerde que los síntomas tienden a ser progresivos a medida que la enfermedad avanza, por lo que lo mejor es acomodar la casa a las necesidades del paciente, contar con ascensor si es necesario. Si vive en casa de 2 o más pisos lo aconsejable es trasladar al paciente al primer piso para evitar la movilidad dificultosa en las escaleras. Mantengan vida social ya que esto mejora la autoestima y ayuda al control de los síntomas. Sigan los controles y tengan los exámenes al día.