Ciertamente no se deben "aguantar" las ganas ni de defecar ni de orinar, ya que son formas que el organismo tiene de liberar o soltar productos de desecho, que de no sacarlos puede ocasionar dolor, enfermedad diverticualar de colon, pereza intestinal, estreñimiento hasta intoxicación por esos mismos desechos en el caso de la materia fecal.