Cuando una persona con diagnóstico de diabetes come dulces o carbohidratos, los niveles de glicemia o azúcar en la sangre se elevan, (en una persona que no es diabética en esta situación se secreta insulina y los niveles de azúcar disminuyen) y se mantienen así por periodos largos de tiempo produciendo síntomas a corto plazo como sensación de mareo, alteración del estado de conciencia, sed, aumenta de la frecuencia de ir al baño, deshidratación y es una situación que puede amenazar la vida del paciente, alargo plazo se producen complicaciones como perdida de la visión, disminución de la función de los riñones, dolor crónico en los miembros.