La orina normalmente tiene un color que varía entre transparente y amarillo ambar o amarillo claro, este color puede variar de acuerdo al estado de hidratación de la persona y también puede cambiar por efecto del uso de ciertos medicamentos como antibióticos, vitamina C etc. La orina NUNCA debe ser blanca como leche, si eso sucede, algo no puede estar funcionando bien en el tracto urinario y se debe investigar. Una secreción u orina blanca puede ser síntomas de infecciones activas.