Debe tener en cuenta que del 100% del tratamiento el 85% o más es básicamente cuidados con su alimentación, y el restante el cuidado con los medicamentos. En general debe disminuir el consumo de todos los cereales y derivados (pasta, arroz, pan, harinas, maíz), las carnes (tanto rojas como blancas), el pescado (blanco y azul) y los huevos. Adicionalmente, aumentar frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos. Sin embargo, es importante que tenga una valoración por el servicio de nutrición para que realicen un esquema de alimentación lo más balanceado posible para suplir sus necesidades calóricas y por su disminución en la función renal. Igualmente, son necesarios los controles con su médico tratante, no se automedique.