El tratamiento en personas con ácido úrico alto con manifestaciones clínicas de gota se basa en un familia de hipouricemiante entre los que destacan el alopurinol y el febuxostat buscando niveles por debajo de 6 mg/dl.
Por otro lado en hiperfosfatemia, normalmente causada por fallo renal, el pilar fundamental del tratamiento es la reducción de la ingesta de fosfato (PO4) además de fármacos que sirven como fijadores del fosforo a nivel intestinal como el carbonato de calcio o acetato de calcio, sevelámero, carbonato de lantano e hidróxido de aluminio coloidal o una pauta intrahospitalaria en base a Suero Glucosado al 20% con insulina y Acetazolamida.
Estos tratamientos deben ser indicados únicamente por un médico capacitado en el área ya que son de delicado uso con fuertes efectos adversos si no son administrados.