La falta de apetito puede deberse a causas físicas como enfermedades del sistema gastrointestinal, o a causas emocionales como ansiedad o depresión. Es importante que busques la causa de este cambio en tus hábitos alimenticios, y analices si has tenido algún estresor en tu vida recientemente que te haya llevado a estos cambios. Para mejorar la situación es recomendable que cumplas horarios fijos de comidas, desayunando, almorzando y cenando a la misma hora cada día en la medida de lo posible, y tratar de comer comidas altas en proteínas y grasas, así sea en poca cantidad. Sin embargo, es necesario que si esta falta de apetito persiste, consultes a un médico general y/o especialista que calcule tu índice de masa corporal, y realice una historia clínica completa para encontrar la causa de esto.