Las quemaduras de tercer grado son las más graves, ya que hay destrucción total de la piel. La piel es la capa protectora del cuerpo, que se encarga de controlar la temperatura y la pérdida de líquidos. Sin esa capa protectora los líquidos salen fácilmente, la persona se deshidrata y se descontrola el nivel de electrolitos en las células y a sangre.
Por esa razón ese tipo de quemaduras requiere de valoración y cuidado médico estricto, de acuerdo ala extensión y el lugar.